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Charla con Smoke Rings


¿Porqué no me cuentan cada uno sobre sus inicios en la música?
Esteban - y bueno, ahora si que mis inicios en la música fueron en la banda, empecé a tocar banda y a pesar de que escuchaba otras cosas lo primero que tuve a la mano fue tocar banda sinaloense y pesar de que no me gustaba mucho pues duré un buen tiempo ahí tocando, echándole ruido. Y bueno, después de eso que quise conocer otras cosas, y fue cuando conocí a los Smoke.

¿Como estuvo que los conociste?
Esteban - Un amigo me invitó a un concierto de jazz que estaba tocando en El Skratch, era un trío, no me acuerdo bien quien eran, pero como que me dio un poquito de hueva ese jazz no?, porque tocaban medio pesado entonces mi amigo me dijo que en el Bretón estaba tocando una banda bien chida. Como no teníamos coche le pregunté: ¿Cómo nos vamos a ir desde el Skratch al Breton caminando?” porque era bien tarde, como las once, entonces me dice: “Vamos! no hay pedo”, y yo no quería ir pero al final accedí y cuando llegamos efectivamente estaba tocando una banda bien chida y pues ya en su descanso fui a platicar con ellos y les enseñe un vídeo donde yo estaba tocando un blues, les gustó y me invitaron. Tal cual a tocar. Y dejé la banda gracias a Dios!.

¿Y tú Jonathan?
Jonathan - Pues yo empecé tal cual, con el rock, eso fue como mi primera escuela, empecé tocando batería, no la guitarra. A mi sí me gustaba el jazz, si llegué a escuchar a Louis Armstrong y las cosas más clásicas cuando era chico. Una vez fui al Haus, con una novia que tenía en aquel tiempo, yo nunca había escuchado jazz en vivo, pero ahí lo escuche y dije: “Ay cabrón ¿Qué es esto?”

¿Te acuerdas quién tocaba, quiénes eran los músicos?
Jonathan - No muy bien, creo que era el Pichón, creo que si eran ellos y yo dije: “Esto está increíble!”, pero lo veía lejano porque no conocía a nadie que le gustara el jazz, ni mucho menos a músicos que tocaran jazz. Después conocí toda la onda Gitana y me gustó y sentí que iba con mi personalidad, y caí perfecto c en esa onda, entonces hice una banda de Gypsy punk, con guitarras eléctricas, y batería y ahí fue dónde conocí a Erik ,y ambos compartíamos el gusto por Django (Reindhardt) y ese fue mi primer inicio colaborando con una persona que le gustará el jazz tanto como a mi, y de ahí en adelante!.

¿Empezaron ustedes dos el proyecto?
Jonathan - Si.

Parece que para su generación el Haus fue un punto de encuentro muy importante
Jonathan - Ahí fue donde muchos de nosotros, aun indirectamente, conocimos esta música, o sea, yo al Haus empecé a ir porque tocaban los chicos del Pneumus, todos los martes, cuatro cinco años tocando ahí y, ibas y veías el programa y todos los días había música, y gran parte de ella era jazz. Había cierta improvisación y te tocaba escuchar a Tom Kessler, Diego Franco o incluso ahí llegué a ver a Lalo Melgar con Christian Jiménez. Pero estaban chiquitos, muy chiquitos, Lalo venía de tocar metal. A Esteban ya no le tocó el Haus pero a los demás si nos tocó. Ulises, ¿Tú tocaste en el Haus muchas veces no?

¿Si? a ver cuéntanos Ulises
Ulises - Es un largo camino!, bueno, remembrando lo del Haus, a mí me tocó estar ahí con una banda que se llamaba la Tirlanga, con Maritzio y con el Moy Barba. Me invitaron, bueno más bien, yo vi un cartel pegado en la escuela de música: - “Solicitamos bajista”. Yo estaba ahí estudiando el chelo pero sabía un poco de bajo eléctrico. Y pues me aventé ¿No?, en esa etapa yo andaba muy guapachoso, me gustaba mucho lo cubano, lo latino. Y pues entonces me quedé y estuve tocando un tiempo con ellos hasta que tronó la banda. Y ahí fue donde también escuché mucho a Willy Zavala, también al Pichón. Mi papá me llevaba a la barra Chapultepec a escuchar blues, ahí estaba Don Genaro, Lalo, y pues a Lalo lo conocí desde entonces, estaba en la escuela de música conmigo, pero el desertó porque dijo que no servía para nada (risas), y le fue mejor yo creo (risas). A Klaus Mayer lo conocí en la Tirlanga y le pedí clases de jazz, me empecé a interesar un poco por eso. Pero yo creo que no fue hasta que empecé con los Smoke Rings que le entré en serio, porque yo escuchaba el jazz pero tocando el chelo me parecía imposible, no sé, ni lo imaginaba de verdad.

¿Y cómo es que te integras al proyecto?
Ulises - Pues a Erik lo conocí con Pneumus que ya era un proyecto al que me invitaban recurrente a suplir o como invitado, y empezaba yo a hacer las partes de bajo con Pneumus y tocaban swings y polcas. Ahí conocí a Erik y como que nos conectamos, nos caímos muy bien, y Erik me propuso que hiciéramos algo juntos y esa idea se quedó ahí y pasaron los meses y de pronto me llama y me dice que le cayera a su casa porque ya sabía que podíamos hacer juntos, y ahí conocí a Jhonatan, me pusieron Minor Swing, “¿Cómo ves, te gusta, te animas?” me preguntaron, “¡Si! a huevo” dije yo, me gustó mucho y esa fue la escuela, con ellos prácticamente.

¿Cuánto hace ya que iniciaron?
Ulises - Seis años, seis años ya.

Desde que comienzan a involucrarse con el jazz ¿Cuales serían para ustedes los cambios significativos desde esa época hasta ahorita? ¿Que han visto en el desarrollo en la escena de jazz en Guadalajara?
Jonathan - Lo que yo veo es que ahora es mucho más fácil tener acceso a la música y a tocar, tampoco es que existan un montón de foros, seguimos un poco en ese mismo lugar, o sea, si hay foros pero no hay tantos y ahora pues hay jams ¿no? En varios lugares, tu puedes ir por la calle Libertad y de pronto tienes a tres chavillos tocando blues, tocando jazz. O sea, creo que, no se si a manera de difusión, pero ahora es más sencillo que las nuevas generaciones estén en contacto hasta con los músicos ¿No?, por ejemplo, ¿Cuántos se pueden acercar en los miércoles del Breton al Jam ¿no? Cuántos chavillos pueden ver a Willy?, tomarse una chela con Willy y preguntarle la experiencia que el tiene ¿No? y también creo que los músicos, por lo menos ahorita los que yo puedo ubicar, ya están más interesados en la educación ¿no? No se si antes era así pero creo ahora ya todos tenemos más ganas de estar formando chavitos o darles la mano en lo que podamos.

Muchos de ustedes coinciden en que su generación proviene de otros estilos musicales, crecieron tocando rock, o tocando banda o tocando clásico y luego se pasan al jazz. Y ahora muchos de los chavitos que empiezan a tocar un instrumento se van directo al jazz.
Erik - Si es como lo que te decía ayer, ahora vienen muy bravas las nuevas generaciones porque desde morritos aprenden, porque hay un festival de Tónica, porque hay muchos muchos cosas que están todo el tiempo bombardeando y que de repente, ya hasta por mera curiosidad, a la hora de aprender a tocar un instrumento dicen “Ah mira! esto existe”. Yo, te lo juro que pasaron cinco años desde que toqué la guitarra hasta que escuché por primera vez en mi vida la palabra jazz ¿Por qué?, pues porque mis papás escuchaban rock and roll y cumbias, y en escuela nunca nadie te menciona que la música es para jugar y es para improvisar y se puede ¿No? y ahora es algo que ya está ahí, como más inherente en los chicos desde que entran al taller de música a los 12, 13, 14 ó 15 años. Porque los mismos maestros ya están estudiando eso también ¿No? ya no sólo es como antes. Ahora conozco a muchos músicos de la orquesta o como Ulises mismo que tienen esa misma inquietud de decir: “Ah mira, puedo tocar un estándar con mi violín o con mi clarinete” y se empieza a crear escuela. Ellos a su vez tienen morritos que ya inherentemente lo traen, y si claro, puedes escuchar a Bach o Tchaikovsky, pero también puedes escuchar a Charlie Parker y otra cosas.

Me parece que ustedes son un una generación que está en ese crossover entre que empieza a haber Facebook y que es más fácil conseguir partituras y la misma música, cosa que no les pasaba a los músicos de los setentas ú ochentas ¿No?, ellos aprendían a tocar escuchando los discos y tocando encima de ellos, el famoso play along, y conseguir una partitura era una proeza, tenían que averiguar si alguien iba a Estados Unidos para que les trajera un Real Book o algún video.
Erik - A todos nosotros, que estamos más o menos en la misma etapa, todavía nos tocó ir a conseguir VHS al tianguis cultural del guitarrista rockanrolero que te explicaba sus solos ¿No?. Ahora es muy diferente pero también eso ha ayudado y nos ha cambiado el chip de como trabajar. Por ejemplo yo ahora veo guitarristas de jazz manouche de Francia y puedo mandarle un correo y tomar una clase con el por Skype y aprender y que él vea y me diga que hacer y como voy.
Simplemente eso, pagar cursos online, estar viendo videos en YouTube pareciera poco pero es muchísimo, es una influencia muy directa porque el jazz manuoche aquí en Guadalajara, apenas está creciendo, y no hay nadie a quién nosotros podamos voltear a ver para arriba. Pero ahora con la tecnología si podemos ver lo que pasa en otros lugares del mundo y eso hace que las aspiraciones sean mayores, o sea, la aspiración de un músico de jazz en 1970 o en 1980 aquí en Guadalajara, era poder tocar sus canciones en el lobby del Holiday Inn todas las noches. Y esa era la aspiración de un músico de jazz, poder tener su cuarteto y estarlo sonando sin importar en dónde ¿No?. Pero ahora las aspiraciones son diferentes, nosotros queremos viajar por el mundo con esto y lo hemos podido hacer y no somos los únicos ¿no? Ahí está Troker, que con su jazz vinyl está rolando por todo el mundo y son cosas que a lo mejor antes ni siquiera te imaginabas que fueran una posibilidad ¿Sabes?. O sea, tu veías a lo mejor en la tele un especial del Montreux Jazz Festival, pero ni siquiera sabía que se hacía cada año y que podías mandar tu una carta y que si les gustabas te invitaban ¿No?. Ahorita estamos tan a un click y tan a la mano de hacer esas cosas que claro que ha ayudado mucho al desarrollo.

¿Y ustedes creen que el trabajo de Smoke Rings ha facilitado que otros grupos decidan explorar en el Manouche?
Jonathan - Si, de hecho lo hemos visto. Cuando empecé, yo por lo menos, no conocía nadie y cuando conocí a Erik éramos dos en toda una ciudad, entonces ahora yo se que hay cinco bandas de jazz manouche y más gente que se acerca. Por ejemplo, hay un jam todos los lunes en el Rendez Vous de manouche. Lo hemos visto por los dos lados, el nivel de exigencia que tenemos nosotros como músicos es grande, y todo el tiempo queremos más, más, más, pero, hemos visto en estos seis años que tenemos juntos, como surgen bandas de manouche y se deshacen a los pocos meses. Eso te habla de que tocar esto requiere mucho estudio pero también te dice que ya está algo en movimiento, y de alguna manera por ser un género guitarrístico vemos como Erik y yo empezamos a ser buscados también por más chicos que tocan guitarra, que antes estuvieron en el blues o que estaban tocando rock pero ahora se quieren meter a la onda del manouche y cada vez más gente se acerca.

¿Qué le falta a la escena del Jazz en Guadalajara?
Jonathan - Estudiar, una academia pública, una escuela pública de jazz para mi sería primordial, porque no hay. Yo veo que en Chiapas, en Xalapa, en el D.F. hay escuela de jazz y pues que frustración no tener eso aquí.

Somos una ciudad con una comunidad musical muy creativa pero que por lo que escucho de todos ustedes, que de pronto adolece de compromiso en la cuestión del estudio, de que la gente quizá toca mucho pero quizá no se compromete a realmente estudiar, y parece que en la ciudad de México por ejemplo, son más rigurosos en cuanto al estudio.
Erik - Sí, sí son más rigurosos también porque hay más competencia, y también porque si no lo haces allá no comes, y gracias a Dios, es una de las cosas que a mi me da mucha risa, porque a pesar de ser Guadalajara una gran capital cultural y todo, en muchas cosas seguimos siendo provincia, o sea, todavía agarramos muy desprevenida a mucha gente aquí en Guadalajara y entonces nos da la posibilidad de trabajar mucho. Como Smoke Rings hemos trabajado y ganado dinero, y hemos generado cosas desde el primer día que empezamos a trabajar con esta banda. Y la verdad es que los primeros tres años sonábamos francamente muy mal, de verdad, comparados con un nivel global, ya saliéndonos de nuestra esferita de Guadalajara y de que no hay nadie más y entonces somos los mejores, viéndolo a un nivel global, comparándonos con la gente que de verdad hace esto y que tiene haciendo esto desde que nació, pues sonábamos muy mal y aún así tuvimos trabajo siempre y si no hubiera existido en nosotros un hambre descomunal de ser realmente mejores, hubiera sido muy fácil quedarnos en ese mismo nivel diez años.
Creo que es lo que pasa con mucha gente aquí en Guadalajara, con muchas agrupaciones, que de repente, a diferencia de otros países o de otros lugares, no pagas la cuota, de poder decir tengo diez años haciendo esto y entonces ahora puedo ganarme el pan de cada día tocando. Aquí en Guadalajara sí es un poco más fácil, con un año o dos que tengas estudiando la gente te contrata y los lugares te pagan por ir a tocar “Jazz” entre comillas. Es algo muy bonito porque desde un principio se te abre la posibilidad de que puedas vivir de eso y que es algo que en muchos lados del mundo no existe, que muchos morros no se animan a tocar porque dicen no voy a poder ganar dinero de esto, no voy a poder vivir de esto, y aquí en Guadalajara de repente pareciera relativamente sencillo armar un proyecto con una idea un poco original y empezar a trabajarlo, pero al no haber una escuela pública, al no haber realmente una academia, gente veinte años más grandes que nosotros que hayan hecho eso toda la vida, y que te puedan enseñar - porque tú sabes que los jazzeros muy buenos de aquí se fueron y los que se quedaron aquí en realidad hacían muchas otras cosas,- entonces todo eso hace como un remolino en el que es muy fácil no estudiar. En eso estoy completamente de acuerdo con Vilches, que es muy cómodo de repente decir: “Soy el mejor”, y en realidad pues sí ¿No?. Porque en una ciudad donde hay diez saxofonistas y cinco tocan jazz pues a lo mejor no es tan difícil ser el mejor, o uno de los cinco mejores, porque sólo cinco lo hacen. Pero lo que está sucediendo ahora que creo que es bueno también, es que ahora puede venir Donny McCaslin o Chris Speed y entonces el saxofonista que es el mejor de los cinco se dará cuenta de que le falta mucho por camino para realmente poder decir que es el mejor.
Jonathan - Sí y de hecho en cada seminario que hay de Tónica, pasa lo mismo, van muchos güeyes que están subidos de humos y el maestro les dice, pues fíjate que así no es y no le pueden alegar porque se los está diciendo un güey que sí de verdad está en ese nivel ¿No?.

¿Faltarían más de esas experiencias para que la gente se de cuenta y esté continuamente aspirando a un mejor nivel?
Erik - Si, si estás en una clase con un güey que te está aclarando un montón de cosas, que tienes sólo durante una semana del año, sales con una motivación que te dura a lo mejor, ¿Qué te gusta?, ¿Tres meses, cuatro?, pero necesitas más, o sea, por lo menos creo que nos pasa a nosotros cuatro que si tenemos esa sed de estudiar, de comprar videos y gastar e invertirle para saber más, pero si tuviéramos esa experiencia tal vez cuatro veces al año, cinco veces al año, creo que el nivel de todos los de Guadalajara estaríamos como un D.F. tal vez ¿no?

Claro, pues sí, sería genial.
Jonathan - Allá en el DF hay músicos increíbles, pero creo yo que hay carencia de proyectos originales. Y aquí, como no tenemos escuela y como no tenemos muchas otras cosas en realidad le apostamos cien por ciento desde el principio a que el proyecto sea muy original y muy especial y así, y con suerte, con el paso de los años algunos nos haremos suficientemente buenos, ¿No?. Si te fijas, casi toda la gente que toca en la ciudad de México lo hace como un trío más fulanito, más fulanito, más fulanito y la otra es el cuarteto más fulanito, más fulanito pero no hay un grupo como Troker, que tiene quince años trabajando su jazz, su manera de hacer música y que volteas y dices “Ah claro, hay una trayectoria que puedo yo seguir y un camino que puedo ver que hicieron e ir atrás de ellos”.En CDMX lo siento como todavía más individualista a pesar de que las oportunidades son diferentes, estaría chido poder conjuntar ambas cosas.

Quizá tenga mucho que ver las distancias de una ciudad tan grande como México.
Jonathan - Claro, porque allá el día que se muda el baterista al otro lado de la ciudad pues tiene que entrar un baterista nuevo porque no pueden ensayar más. Las distancias son terribles allá, pierdes mucho tiempo trasladándote.

Para cerrar, ¿Algún concierto en los últimos diez años aquí en Guadalajara que nunca pensaron que podrían ver, que los movió?
Jonathan - Miguel Zenon me voló los sesos, ese día cambió mi vida muy cabrón.
Erik - Pues a mi fue reciente, el concierto de aniversario de Sólo Jazz que hicieron con Bill Frisell me pareció súper bonito.