Charla con Carlos Gómez
¿Cómo el jazz llega a tu vida?¿Cómo llegas tú al jazz? Yo estaba estudiando en la Escuela de Música de Guadalajara y me regalan un disco, Noisy Nights de Uzeb, lo empiezo a escuchar y me abre todo el panorama de acordes, de improvisaciones y yo que venía de estudiar clásico me quedé asombrado, me abrió el mundo, igual que cuando vi un video de Pat Metheny, lo empecé a observar y no entendía nada de lo que hacía pero todo se oía súper bien y dije “Ay caray! ¿Cómo le voy a hacer para entender eso y para tocar así?”
Porque lo que entonces tocabas era clásico Sí, yo estaba tocando únicamente clásico
¿Piano primero o guitarra? Guitarra, y estaba súper aplicado. Estudiaba diez horas diarias y estaba compitiendo con todos los alumnos de guitarra y pues estaba muy apasionado.
Entonces, te presentan ese primer disco y es ahí cuando empiezas a explorar en el jazz. Así es.
En aquel entonces ¿Recuerdas los músicos que estaban ya tocando jazz? Estamos hablando de finales de los ochentas, noventas. Si, noventas… 94 aproximadamente. En aquel momento estaba sonando duro, por ejemplo, Chick Corea y Casiopea. Fueron los primeros que me encontré… también Frank Gambale, Uzeb, … de entrada parece que el jazz fusión ya me estaba persiguiendo a mí, porque son los primeros que encuentro y toda la vida me dediqué a tocar jazz fusión. Empecé por el jazz tradicional porque hay que cumplir con eso y como todo estudiante de jazz te topas con muchos libros, niveles intermedios, básicos, avanzados y pues todos te presentan lo que es el jazz tradicional. A Joe Pass, West Montgomery, Pat Martino, entonces pues a cumplir con lecciones, a estudiar, estudiar, estudiar, pero realmente a mí me gusta muchísimo el jazz fusión y la música que ahora quiero promover como jazz de Jalisco, jazz de México, es eso, el jazz fusión.
¿Cuándo empiezas tu a ser un músico activo en la escena del jazz local? Yo empiezo a toca aproximadamente en el 2005, empiezo a hacer bandas de jazz, The Great Explorers por ejemplo fue una, The New Standard Trio fue otra y comenzamos a tocar en cafés y todo eso y a hacer temporadas.
¿Te acuerdas dónde tocaron? Sí, en La Clave de Fa.
¿Dónde estaba? La Clave de Fa está, ahí, por la glorieta Minerva.
Me imagino que ya no sigue abierto No, ya no. En su momento comenzamos a llenar el lugar pero sobre todo de músicos, entonces comenzaron a llegar muchos músicos y era un paraíso para los músicos porque ya desde ahí, fíjate de que año hablamos, pues se subían a tocar los músicos y…
Live sessions y todo eso. Sí, que en aquel entonces no le llamábamos así, pero si, fue por ese tiempo.
Además de tu afortunado encuentro con el jazz se que también decidiste hace ya muchos años abrir tu escuela de música . ¿En qué momento decides que también era importante el ser maestro, el transmitir conocimientos a más gente? Cuando terminé la Escuela de Música, que hice servicio y todo ese asunto, comienzo a dar clases en escuelas, en algunas escuelas del centro y luego después ya decido formar una escuela, pero en resumen sí iba mucho por la convicción de ayudar a todas las personas y de ofrecerles todo el conocimiento. Mi forma de ver es que cada quien tiene un talento muy particular que puede desarrollar y pues si yo tenía conocimiento pues mi ideal era compartirlo. Prácticamente me concentré en poder lograr los sueños de los alumnos porque sabía que si yo lograba los sueños de ellos, yo podría lograr los míos y de alguna manera yo me mantenía en la música todo el tiempo, tanto tocando como dando clases.
Y de que empezaste la escuela ¿Ya son veinte años? son 21 años.
21 años, Wow!. Es decir que ya formaste músicos de varias generaciones y seguramente te ha tocado también dar clases a los hijos de esos músicos. Sí, ahora estoy en esa etapa. Hablamos de que la escuela inició en 1995 aproximadamente, y comienzo a tener toda esa serie de alumnos y pues terminan, tocan y hacen sus proyectos, graban sus discos, ganan concursos y ya, ahora comienzan a llevarme a sus hijos.
Y de aquellos años que tocabas en aquel lugar, La Clave de Fa, a fechas recientes. ¿Tú qué has visto que ha cambiado en la escena del jazz? ¿Cómo era entonces? ¿Qué es lo que tú percibías es esa escena? Pues había pocos músicos, veníamos pasando de lo que era el rock en español, el rock en tu idioma, estaba todo el bombardeo de la banda y cosas así. Era difícil poder tocar la música que nos gustaba a los músicos, que nos atraía, en este caso el jazz. Ahora veo muchísima apertura, de hecho ahora hasta se puso de moda.
De fines de los noventas varios músicos mencionan mucho el Haus der Kunst como un lugar clave para nuevas generaciones de jazz, pero obviamente también el Copenhagen, en tu caso te tocó el final de esa era ¿No? Si, me tocó esa última etapa de ese lugar, el Copenhagen.
¿Recuerdas haber ido a ver a Carlitos ahí? Sí, estaba en mi tercer año en la UDG, ya me habían hablado del jazz, ya comenzaba a escuchar discos y recuerdo que me hablaron de ese lugar, del Copenhagen, me acuerdo que alguien me dijo que fuera el viernes y fui y a partir de ese día fue un año sin fallar todos los viernes. Me quedaba observando y observando todos los detalles. Un día estábamos en una tocada de Carlos de La Torre y le dicen: “Toca el tema con el que más te diviertas” y tocó un tema súper padre, súper virtuoso y él estaba feliz. Y en otra ocasión estaban en un descanso y comenzó a tocar en su mano izquierda una melodía en una tonalidad y en la mano derecha una melodía en otra tonalidad. Entonces yo me volví loco cuando vi eso, porque al mismo tiempo, tenía una coordinación increíble. Yo estaba impresionado. Muchos años después… ¿puedo contar una anécdota? (risas)
Sí, claro. Para mi, Carlos De La Torre como el Pichón, José Luis, y el baterista que me parecía que le decían el Burrito, eran mis héroes porque yo no sabía nada, eran totalmente mis héroes. Muchos años después en el Haus, venía de un aniversario de bodas y fuimos celebrar, ya había fallecido Carlos, y estaba tocando un trío, Pichón, el Burrito y un guitarrista. Y estábamos ahí, escuchamos el primer set y un poco antes que se terminara, yo pasé y le pregunté al bajista si había oportunidad de tocar. Y me dijo: “Claro, claro que sí. Espera a que termine el primer set e iniciamos en el segundo”, entonces inicié yo el segundo set y comencé a tocar, y cuando me quité la guitarra Pichón me dijo: “No, continua, ¿Te sabes ésta? ¿Y esta otra?”, entonces terminamos de tocar esa serie, todo el set, y bueno yo estaba totalmente apasionado y no me la creía porque estaba con un músico de Carlos De La Torre. Era finales del año y me dice Pichón: “Oye, tú trabajas en la música, ¿Tocas?” y yo rápidamente le dije que si, y entonces me dice: “Fíjate que el guitarrista no puede quedarse en la temporada de Diciembre, la puedes tocar?” y pues bueno, yo estaba maravillado.
¿Y lo hiciste? Sí, todo diciembre estuve tocando con él y en la primera tocada llevé mi Real Book y le dije: “Déjame, por favor los temas para tocar, déjame tarea ¿no?” pues esa noche me dejó como 500 temas!.
Ambos: (Risas)
Ahí nomás, apréndetelos!, ¿Cómo te fue? Pues me aprendí los más posibles, y el mi iba dando indicaciones que yo anotaba en el libro, terminó todo marcado, él le ponía una palomita y me preguntaba “¿Traes la otra parte?” y yo traía siempre dos Real Book.
Pues estuvo genial como ejercicio!. Que padre, que bueno que me contaste eso. Y ¿Con qué otros músicos de esa época te tocó o que te acuerdes haber visto? que me acuerde… a ver, déjame ver…
Beto Rivera? Ah claro! Beto Rivera, sí. De hecho he trabajado mucho con Beto Rivera. Alguien le pidió un guitarrista y me recomendaron a mí. Es un gran maestro, es muy profesional. Me dice: “Don Carlos, venga por los papeles vamos a tocar en quince días”. Me da la sección de papeles, recuerdo que ensayamos un martes, eran quince temas, ensayamos un martes ocho temas, el jueves ensayamos los temas restantes y el sábado tocamos, todo salió increíble, todo lo escribió el maestro. Súper bien esa presentación que tuvimos en la bodega en Ajijic y pues había muchos americanos y estaban encantados. He ido con él, él es de Chapala. Él tiene muchos eventos en Chapala, Ajijic y Jocotepec, hemos ido a tocar allá.
¿Crees que el nivel de los músicos a partir de lo que tú has hecho, de lo que han hecho otras escuelas, de lo que se ha hecho con concursos, seminarios como los de Tónica y otras cosas, el nivel de entendimiento del jazz, de interpretación o de músicos que están componiendo música es ahora mayor? Sí, ahora es mayor y más ahora que tenemos las redes, son más independientes y rápidamente se dan a conocer.
Porque también es mucho más fácil conseguir una partitura, el poder ver como está estructurado el solo de alguien, verdad?. Cuando tú descubres a todos estos guitarristas, ¿Cómo hacías tú para estudiarlos?, ¿Era fácil conseguir las partituras de estos músicos? Porque no había YouTube ni nada de eso. ¿Cómo le hacías? Así es. Era muy difícil, por lo regular nos poníamos de acuerdo varios músicos y comprábamos libros en Estados Unidos. Si algún conocido iba, entonces buscaba un lugar donde comprar material, recuerdo que alguna vez encargamos como 15 libros y venía nuestro amigo y lo detuvieron, le dijeron que era demasiado peso, que le iban a cobrar y, pues si, tuvimos que pagar cargos extra en aduana porque si eran muchos libros, pero no importaba porque teníamos mucha hambre de estudiar y aprender.
¿Y tú crees que esa hambre sigue prevaleciendo?, porque a veces si no tienes las cosas a la mano y te cuesta más trabajo obtenerlas, pareciera que hay más emoción por lograrlo, y ahora es tan fácil que en segundos puedes escuchar cualquier pieza o bajar la partitura de alguien. Fíjate que ese es algo que vengo notando a través de estos años, y sobre todo con los alumnos, sí es diferente, sí hace falta esa pasión de que te cueste trabajo porque ahora, como lo comentas, todo está disponible y los jóvenes dicen “Bueno pues ahí está todo, pues lo hago el próximo año o el próximo mes” y se les empieza a pasar el tiempo. Sí observo esa falta de pasión.
Y en cuestión de proyectos originales, ¿Cómo sientes que está Guadalajara? ¿Hay suficientes?¿Falta música original? No, creo que vamos excelente, hay muchísimos, muchos exponentes y todos muy buenos. Yo creo que vamos por un buen camino.
Pero, ¿Qué faltaría? Que los proyectos se consolidaran, que grabaran sus discos, que se escucharan y que pudiéramos aquí en México, como en Guadalajara, determinar un estilo, así como en Francia el manouche, o sea, tienen un estilo muy marcado. Yo invitaría a todos los que estamos exponiendo esta parte del jazz, que buscáramos esa raíz, la raíz que tenemos en México y pudiéramos trabajar desde ahí.
Y de conciertos que en estos últimos 15 años, que te hayan emocionado mucho aquí en Guadalajara, ¿Recuerdas alguno en especial? Claro, varios. Scott Henderson también vino al Diana. Recuerdo el de Michael Brecker en el Teatro Degollado.
Que venía con Adam Rogers, ¿Te acuerdas? Adam Rogers, ajá. Todos pensábamos que iba a venir Palatino pero tocó Adam Rogers y todos dijimos: “Ah caray” pues igual o mejor”. También me impactó Peter Bernstein, vino al Teatro Diana, recuerdo que fue un concierto muy fino. También fui a ver a John Medeski al Degollado en un aniversario de Sólo Jazz.
Cuando das clases a niños ¿Cómo le haces tú como maestro para que mantengan el interés y cada vez se vayn involucrando más? Tengo muchos años trabajando con niños y uno de mis objetivos al trabajar con ellos, es poder ser como ellos. Yo creo que la inocencia de los niños nos da mucha vida a nosotros, entonces muchas veces me involucro con ellos y cuento chistes y cuando yo estoy con ellos, me siento uno de ellos. Entonces, es fácil porque tienes todo el conocimiento, pero pues lo estas compartiendo. Yo trato de ser uno de ellos y que todo eso pueda ser un juego, pero por otro lado los estoy motivando y les estoy diciendo: “Hey, eres un campeón!, tienes mucho talento, vas a ser buenísimo y para ser bueno tienes que empezar a tener disciplina”. Trato de ir haciendo esa combinación, que sea lo más natural posible porque en cada niño está esa parte innata de: “Yo quiero”, “Yo sé”, “Yo puedo”, entonces en cuanto el niño hace eso es donde les digo: “Ah mira, pues practica diario porque vas a ser un campeón”. Ese es el punto.